Una semana más comencé
el lunes dando clase al grupo de 1º ESO A. Dedicamos la primera parte de
la sesión a corregir los ejercicios sobre los verbos irregulares y la segunda
mitad a trabajar el apartado de ortografía, en concreto al uso de la b y
la v.
A segunda hora
tuve clase con el grupo de 3º ESO A, esta vez en solitario. Comencé la sesión
corrigiendo las oraciones que habían quedado pendientes del jueves y pasamos a
continuación al tema de literatura. Como con Carmen, la profesora del grupo y
mi tutora, ya habían visto la teoría del Lazarillo de Tormes (estructura,
argumento, el personaje del pícaro y los temas que se tratan en el libro),
pasamos directamente a la lectura de un fragmento de la obra, en concreto a un
pasaje del período en el que el Lázaro trabajo para el escudero. Después de
leer el texto en voz alta realizamos de forma oral alguno de los ejercicios que
proponía el libro, centrados casi exclusivamente en la comprensión lectora.
Además, como durante la lectura habían surgido dudas de vocabulario y
expresiones pertenecientes al castellano antiguo, les propuse que localizaran
en el texto todas las palabras que no conocían y aquellas que conocían pero
estaban escritas de manera diferente. Una vez localizadas las copié en la
pizarra y una por una fuimos comentando qué creían que significaba o cómo había
cambiado el modo de escribir esas palabras.
A las 9.50 tocaba
tutoría con el grupo de 2º PCPI, pero como mi tutora no pudo asistir entré yo durante
esa hora con el grupo. Como tenían próximo el examen de castellano la mayoría
se dedicó a repasar y resolver dudas, mientras que un pequeño grupo que
literalmente dijo que no tenía ganas de hacer nada dedicó la hora a hablar,
aunque sin armar follón, todo hay que decirlo. Además, a lo largo de la hora
hablé con varios de los alumnos para conocer su visión del PCPI y saber cuáles
era sus intereses una vez finalizara el curso.
La última hora que
estuve en el centro correspondía a la hora de atención a padres, pero como no
había ninguna cita concertada dediqué la hora a preparar las clases del próximo
día.
El martes
entré al instituto a las 8.55 que era cuando comenzaba la clase con el grupo de
1º ESO E. Tocaba tema nuevo y como es el grupo de pre-Integra y no tienen
libros, empecé la clase poniendo en la pizarra la teoría de tema para que la
copiaran en sus libretas. Una vez la tuvieron incluida en sus cuadernos pasamos
a hacer los ejercicios correspondientes al género de los sustantivos. Los fui
poniendo en la pizarra y ellos los fueron haciendo en sus cuadernos. Una de las
mejores cosas del grupo es que todos quieren participar en la realización y
corrección de las actividades, por lo que las clases se hacen bastante amenas,
aunque como todo, tiene su parte negativa, puesto que en ocasiones es difícil mantener
el equilibrio entre trabajo y las ganas que tienen de hablar y participar.
Una vez acabada la
clase con 1º ESO E comenzaba la hora de guardia. Dado que no había faltado
ningún profesor y no había que sustituir a nadie, estuve en la sala de
profesores preparando ejercicios de repaso para trabajar en la hora siguiente
con el grupo de 1º ESO A.
A las 11.05 tuve
la última clase antes del examen con el grupo de 1º ESO A. El principio de la
clase lo dedicamos a corregir los ejercicios referentes a la ortografía que
habíamos trabajado el lunes en clase. Después les expliqué brevemente en qué
consistiría el examen del jueves y realizamos actividades de repaso similares a
las que pondría en el examen.
El jueves
comencé el día con el examen de 1º ESO A. Antes de que los alumnos empezaran a
completar el examen, lo leí en voz alta y aclaré las dudas que plantearon
alguno de los alumnos. Después, como
tenía cerca de una hora y media hasta la reunión del departamento de
castellano, me fui a la sala de profesores y estuve corrigiendo los exámenes,
aunque no me dio tiempo a acabar de hacerlo. Lo que sí pude observar es que con
tan solo corregir un par de ejercicios del examen se sabe quién ha estudiado y
quien no ha repasado casi nada, por no decir que ni han abierto el libro en
casa.
A las 11.05
comenzó la reunión del departamento de castellano. En ella se trataron
básicamente los temas que el miércoles se habían hablado en la Comisión de
Coordinación Pedagógica y que afectaban al departamento. Entre los temas que se
hablaron cabe destacar:
- las fechas que se han concretado para los exámenes finales de 2º de Bachillerato,
- la apertura del plazo de inscripción para la actividad de “La senda del poeta”,
- el análisis de las propuestas de mejora del departamento (especialmente la propuesta del concurso de ortografía)
- la actividad de “La cocina de Don Quijote y los evangelios chicos de Sancho”,
- el XIV certamen literario y la entrega de premios
- la compra de diccionarios por parte del centro
- el cambio de optativas para el curso siguiente
- la actividad propuesta para el 8 de marzo con motivo del día de la mujer trabajadora
El viernes
llegué al instituto a las 8.55 y entré junto con mi tutora al grupo de 1º ESO
E. Al ser viernes, tocaba sesión de lectura, por lo que los alumnos estuvieron
leyendo en voz alta el capítulo 4 del libro El hijo del ladrón de César
Fernández García. Cuando finalizaron la lectura del capítulo dedicaron
el resto de la clase a realizar los dibujos que compondrán en mural en el que
resumen el libro.
Las otras dos
horas que estuve en el centro acompañé a la tutora al grupo de 2º de PCPI. Mi
sorpresa fue cuando entramos a la clase y solo había dos alumnos en el aula. Sabía
que los que estudiaban peluquería estaban de excursión, pero el resto, que era
más de la mitad de la clase, decidió no ir al instituto. A pesar de la escasa
afluencia de alumnos la tutora decidió seguir con lo que tenía previsto para
las dos horas de ámbito. Durante la primera hora los dos alumnos que sí
acudieron a clase leyeron el capítulo 4 del libro El rostro de la sombra
de Alfredo Gómez Cerdá y realizaron las actividades de comprensión lectora
correspondientes al capítulo. La segunda hora estuvimos hablando con ellos
sobre los problemas del grupo, las relaciones que hay entre ellos y las
inquietudes que tienen de cara al futuro.